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Un diamante es para siempre …mientras dure el amor

Un diamante es para siempre …mientras dure el amor

  • 28 septiembre, 2018
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Redacción YG Abogados

 

                                                 Spock y Uhura

En la última película de Star Trek, Más allá, el Sr. Spock (Zachary Quinto) y la Teniente Uhura (Zoe Saldana), rompen su relación. Esta para hacerlo gráfico, pretende devolverle un colgante que aquél le había regalado, pero este no lo acepta, y le dice: “No es costumbre en mi cultura aceptar la devolución de los regalos que se han hecho”.

                                   Annie devuelve el anillo a Walter

También Annie (Meg Ryan) devuelve el anillo de compromiso que Walter (Bill Pullman) le regaló, en la película Algo para recordar. Aunque aquí Walter sí lo acepta, porque pertenecía a su madre.

Los abogados, sin embargo, parecen tener un concepto distinto de la cuestión. O, al menos, eso parece de la noticia que acabamos de leer en ABA Journal de 26 de septiembre de 2018, en un artículo firmado por Debra Cassens Weis titulado: “Socio de un gran despacho de abogados demanda a su ex-prometida reclamándole la devolución del precio pagado por el anillo de compromiso”.

Según explica el artículo, el abogado, Ryan Strasser, tenía previsto gastarse 40.000 $ en el anillo de compromiso, pero su “prometida” le dijo que “se merecía un gran diamante de entre 3.5 y 5 quilates”. Para conseguir los 100.000 $ que costaba el anillo que “ella se merecía”, Strasser tuvo que hacer uso de sus tarjetas de crédito y pedir un préstamo personal de 30.000 $, que aún está pagando.

Strasser argumenta en su demanda que “el anillo que entregué a Sarah Jones Dickens fue un regalo condicionado y debería devolverlo tras nuestra traumática ruptura”. En la demanda se dice que la ruptura se produjo un fin de semana de enero. La prometida llamó a los padres de Strasser, les dijo que no era feliz, que Strasser estaba llorando y que se lo llevaran de la casa. Eso a pesar de que el alquiler de la casa lo pagaba este (4.800 $/mes), mientras la prometida trabajaba en su disertación en historia del arte.

                    Everything happens for a reason

Dejando a un lado lo que parece una actitud egoísta y mezquina, por parte de la prometida, y una estupidez superlativa y la subsiguiente rabieta judicial, por parte del prometido; la cosa presenta cierto interés jurídico.

En España, el Código civil, establece en su art. 42, que “la promesa de matrimonio no produce obligación de contraerlo ni de cumplir lo que se hubiere estipulado para el supuesto de su no celebración”. De hecho, el párrafo segundo de dicho precepto, especifica que no se admitirán las demandas con esa pretensión.

La posibilidad de resarcimiento por incumplimiento de la promesa se regula en el art. 43 C.c., que dice que “el incumplimiento sin causa de la promesa cierta de matrimonio hecha por persona mayor de edad o por menor emancipado sólo producirá la obligación de resarcir a la otra parte de los gastos hechos y las obligaciones contraídas en consideración al matrimonio prometido”.

¿Significa eso que en nuestro Derecho Mr. Strasser tendría derecho a la devolución del anillo? No. La sentencia SAP Alicante, Sala Civil, Sec. 7.ª, de 14 de diciembre de 2005 (nº 535/2005, Rec. 317/2005, Pte.: Jiménez Morago, José Teófilo, EDJ 2005/337981), explica que “a la luz de la anterior doctrina jurisprudencial entendemos que la sentencia apelada realiza un acertado análisis de la prueba y del artículo 43 del Código Civil, pues siendo pacífico y aceptado por las partes la existencia de promesa de matrimonio y la realidad de los regalos y cantidades entregadas por el actor, la cuestión litigiosa queda reducida a determinar si dichos gastos se hicieron en consideración al matrimonio prometido. En este punto comparte la Audiencia el criterio de la juez a quo respecto a que los regalos consistentes en joyas, libros, ropa etc., no son gastos hechos por razón del matrimonio futuro, como lo son los del vestido para tal acontecimiento, banquete, luna de miel etc. sino que son regalos de costumbre generalizados en nuestro país entre personas que mantienen una relación afectiva. Por consiguiente, no son tampoco donaciones por razón del matrimonio.

¡Mr. Strasser estaría perdido en España! Aunque quizá pudiese alegar que hasta los 40.000 $, podía entenderse que “son regalos de costumbre”, pero que ¡Desde ahí hasta los 100.000 $ fue una “exigencia” de la prometida para el matrimonio!

 

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